.
.


06 julio, 2010

Suicide

.

Para matarme.
Para castigarme la Vida de sólo pensarlo.

La otra opción, abortarlo todo.

Imposible: no me está permitido.

Debo decir NO inmediatamente.

Imposible: no me está permitido.

No
a los insultos reiterados.

Imposible: no me está permitido.


No a otro trabajo más que no deseo.

Imposible: no me está permitido.


Que detesto profundamente, representación, como tú, de un mundo que me hace sentir absolutamente indigna, estúpida y pobre.
No haber nacido hija de obrero.


Han sido dos minutos cuasi- humillantes de conversación telefónica.
Han sido los noventa y cinco minutos más duros de entrevista.

Qué necesidad había?

Desesperación.
Prestigio.

Respectivamente.
Autodestrucción.

O enfermedad mental.
Cuando juntas.

Voy simultaneando preguntas y respuestas, encerrada en el absurdo total de mi Vida y decidiendo cómo girarla completamente, mientras mi gesto surrealista se refleja en esa exposición primero, y en la estupidez vanguardista de premios a una fotografía indecente que pretende sensibilizar...y cuya obscena hipocresía me hace vomitar.


Continúo caminando por Castellana, mendigando un apoyo visual, al menos.
Algo de belleza mínima que me anexe a la Vida.
No puedo escribir.
Sigo sin romper a llorar.
Voy a explotar.

No hay nadie con quien hablar.No hay nadie con quien hablar.No hay nadie con quien hablar.No hay nadie con quien hablar.
No hay nadie con quien hablar.No hay nadie con quien hablar.No hay nadie con quien hablar.No hay nadie con quien hablar.

No puedo escribir. No tengo ordenador. No puedo escribir. No tengo ordenador.No puedo escribir. No tengo ordenador. No puedo escribir. No puedo escribir. No puedo escribir. No puedo escribir. No puedo escribir. No puedo escribir.
No puedo escribir. No puedo escribir.


De repente, entiendo por qué algunos, jamás llegarán a ser verdaderos escritores.


Tres mujeres de la limpieza se ríen, cual niñas, en las frías escaleras de CosmoCaixa.

Acéptalo, - me digo, - no perteneces a otro mundo.
Distinto al de ellas.

En el salón vacío de la cuarta planta, me pido un café y robo un salvamanteles de papel para poder vomitar de una vez.
No poder escribir...No lo soporto más.


Soy la mayor de las estúpidas en el Reino que tanto detesto.
Me falta humildad a todas luces, y la heredada importancia a la apariencia, me está castigando.

He caído en la trampa, como todos vosotros.


Ganar más para tener un nivel de vida mejor.
Para el resto.
Sólo para tí, para ellos.
Pura apariencia.


Para que las paredes de mi nueva casa sean lisas y no tenga que avergonzarme de mi indumentaria.
Para que la decoración, snob, extensión del quiero y no puedo español..a pesar de la que nos está cayendo, te acoga aunque tú jamás serás el anfitrión.

No se puede soportar tanta presión.

Nadie lo entenderá.


.

No hay comentarios:

Publicar un comentario