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Decido ponerme las mallas menos usadas.
Para no dar tan mala impresión.
La ceniza volada alcanza la mochila estrenada.
También.
Las mallas quedan igualmente perforadas.
El adiós del amado E. nos hunde.
La voz del cobarde N. nos humilla, regañándonos como a una niña.
El silencio de G. lo traducimos como desinterés.
Ya no hay poesía, sorpresa, acercamiento, al abrir el mail.
No nos extraña.
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Ilustración: http://pintura.aut.org/Obra.html
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Kross TItzz
Hace 10 años
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