.
.


09 enero, 2011

Los otros

.

He conocido.
He sufrido.

Muchos.
Demasiado.

De todo pelaje y condición.

Me han engañado, se han engañado.

Mi pregunta siempre era la misma: Pero todo por un polvo?
Los que todo lo saben respondían: por el juego en sí.

.

Ya no sufro.
Sencillamente acepto.
Que si no es, ya llegará.
Que al menos yo, puse sinceridad.

Y con ello vida.
Y por ende, ilusión, ya sabemos.

Si una vez más se trata de un juego cruel, perderá más el otro.
De todo lo que yo le podía haber dado.

.

Yo tenía ganas.
Predisposición.

Escepticismo curado a base de la emotividad más bonita del mundo.
En una voz que parece honesta, limpia.

Nos da por compartir nuestra alegría.
Son los otros ahora los que hablan.
No tú y yo.

Me miran en silencio, con pena en la mirada.
Creen que me están engañando.

Como si yo no tuviese criterio.
O pudiese ser feliz.

Me recuerdan que quizá sea así.

Llego entonces triste a casa.

Pero me recuerdo que ya no sufro.
Que acepto.

Y me engaño yo misma, de nuevo.

.

No quiero que seas mentira.

Es más.
Necesito que seas verdad.

.

Con todo lo que ya me demuestras, no quiero molestarte con mis dudas,
así que será mejor dejar pasar las horas.

Y sencillamente, ir viendo.
Viviendo.

.

Me preocupa la precipitación.
Las frases llenas de significado no pueden decirse a la ligera.

Pero me fascina la pasión.
La claridad de ideas.

Que lo tengas tan seguro, me da una seguridad increíble.
Creíble.
Mejor creíble, que es lo difícil.

.

No hay comentarios:

Publicar un comentario