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01 abril, 2010

The Sex & The City

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He odiado hasta la saciedad cada revista y serie femenina llena de mensajes machistas en pro del consumismo y la complacencia hacia los varones (que no hombres) cual gheisas incultas.

38.
Arrugas.
Piel agotada.
Nueve kilos extras.

Single, luego meetic, singles, ludicum y la madre que lo parió.
Fotos perfectas de tías buenas.
Buenas fotos de tías perfectas.

Te haces la tuya.
Se evidencian las arrugas, los kilos y esa mirada que ha pasado a ser más estúpida de lo que creías.
Luego no la pones.

Cualquier niño de doce años te deja boquiabierta.
No entiendo lo que escribe Castells o Punset, aunque lo relea.
Me asusto al no entender tampoco lo que me dice el tío listo con el que he quedado en esta nueva cita.

Especialmente si hay música, ni le oigo.
O ruido de fondo en el Chino cutre bajo Pza. España.
La comida es auténtica...claaaaro.

Hace Sol al día siguiente y yo me siento hundida.
Vacía.
Salgo del portal dispuesta a hacer footing.
Un chaval de menos de 30 pasa en silla de ruedas, tretapléjico.

Le escribo un mail al Casanova de 117 tías anexadas:
anulo cita.


Carrie Bradshaw.

De repente, me siento identificada con Carrie Bradshaw, tócate los hüevos.

Puta soledad.

Aunque repudio toda la pijez extrema y superficial que se gastan, de repente me veo consolada por series para adolescentes del canal de Cosmo.


Puta crisis de los cuarenta.

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